7.06.2007

Sólo que termina

Hace poco el paraiso de los hombres no libres, es decir yo,
pero al fin y al cabo tiempo de lunas plenas
calles donde aún se puede uno perder y la remota posibilidad
de olvidar el nombre Lo malo del paraíso, de cualquier paraíso
para los hombres no libres, es decir yo, es que se desvanecen
a la mañana siguente;
no importa cuánto tarde en llegar esa mañana